China proyecta su propia criptomoneda

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China proyecta su propia criptomoneda

Criptodivisa china

China está haciendo progresos prometedores en las pruebas de su moneda digital, el yuan. Ha anunciado el éxito de una prueba piloto en la ciudad de Suzhou, cerca de Shanghái, en el este de China, donde 181.000 consumidores recibieron 55 yenes (6 libras esterlinas) de dinero gratuito en carteras digitales para gastar en los establecimientos participantes en el festival de compras Double Fifth entre el 1 y el 5 de mayo.
Esto formaba parte de una prueba más amplia del Banco Popular de China dirigida a 500.000 consumidores en 11 regiones chinas desde abril. Los interesados pueden descargarse una sencilla aplicación que les proporciona un monedero. Al utilizarla para hacer compras en miles de tiendas participantes, reciben descuentos.
El yuan digital es una versión de la moneda china normal desplegada en una cadena de bloques (blockchain), que es la tecnología de libro mayor en línea a prueba de manipulaciones en la que se basan las monedas digitales como bitcoin y ethereum. Sin embargo, esta cadena de bloques está autorizada, lo que significa que el Banco Popular decide quién puede utilizarla.
La última ronda de pruebas es diez veces mayor que la ronda original que tuvo lugar en otoño de 2020. China también ha estado probando el yuan digital de forma transfronteriza entre Hong Kong y la vecina Shenzhen, y está desarrollando una plataforma para hacer viable la moneda a nivel internacional en la que participan Tailandia, los Emiratos Árabes Unidos y el Banco de Pagos Internacionales.

Binance

En un extenso artículo publicado en The Wall Street Journal, China crea su propia moneda digital, una primicia para una gran economía, se esboza el probable impacto de la iniciativa de Pekín y las posibilidades estratégicas que ofrece para evitar el bloqueo de sus empresas por parte de EE.UU., y cómo esto impulsará su papel en las transacciones internacionales, al tiempo que le permitirá controlar su economía en tiempo real.
Las stablecoins, o monedas digitales vinculadas a un activo o cesta de activos concretos, son vistas por muchos como el paso previo a la introducción de las criptodivisas: centralizadas y controladas por un regulador, ya sea un banco central u otro tipo de entidad oficial, ofrecen una mayor comprensión de la evolución de los usuarios, que siguen viendo tras ellas el mismo tipo de respaldo que tenían las monedas de papel. Sin embargo, ese respaldo, en realidad, es más frágil y arbitrario, sobre todo en tiempos post-pandémicos, que el de una criptodivisa que sólo emite una cantidad fija de unidades en función de su algoritmo regulador. Esto requiere un salto de fe que a muchos les cuesta considerar: pasar de confiar en las matemáticas a depender de una autoridad centralizada con capacidad para manipular el valor de una moneda es, como tal, una propuesta de valor que mucha gente aún no acepta.

Fecha de lanzamiento del yuan digital

La reciente prohibición reiteró las medidas de 2017 que habían restringido a los bancos y a las empresas de pagos en línea la posibilidad de ofrecer cualquier servicio relacionado con las criptomonedas. Sin embargo, una nueva medida fue la inclusión de instituciones en el ámbito de las regulaciones restrictivas. Según las nuevas medidas políticas, el PBOC ha orientado a las distintas instituciones para que no acepten monedas virtuales ni las utilicen como medio de pago y liquidación. Tampoco pueden prestar servicios de intercambio entre criptomonedas y el yuan o monedas extranjeras. Además, las instituciones tienen prohibido prestar servicios de fideicomiso o pignoración y emitir productos financieros relacionados con las criptomonedas.
Cuando se observan las diversas medidas restrictivas impuestas por las autoridades chinas, en un principio parece que China desconfía de las criptodivisas. Sin embargo, esto no es cierto, ya que se ve que China ha adoptado la tecnología blockchain y trabaja activamente para alcanzar la supremacía mundial tanto en el campo de la tecnología blockchain como en el de las criptodivisas. China parece ser tolerante con estas tecnologías siempre que puedan ser controladas. Este enfoque está en contradicción con el concepto original de blockchain, ya que se concibe como un sistema rígido y resistente a cualquier tipo de interferencia gubernamental.

Yuan digital

Un cliente elige entre los códigos de pago QR de los servicios de pago digital e-CNY, UnionPay, Alipay y Wechat en un mercado de verduras de Shanghai el 7 de mayo de 2021 (Yin Liqin/China News Service via Getty Images)
El sistema financiero de China está cambiando. Se espera que el nuevo Pago Electrónico de Moneda Digital (DCEP) del país -una red de pago y procesamiento digital gestionada por el Banco Central de China- y su moneda digital, el yuan digital (e-CNY), sustituyan por completo al efectivo físico. Presentado en 2019, el DCEP comenzó su prueba en abril de 2020 y se ha desplegado lentamente en las principales ciudades, como Shanghái, Chengdu y Pekín. Su cautelosa implantación ilustra la seriedad con la que el gobierno chino se está tomando el proyecto DCEP.
Una moneda digital es un dinero que sólo existe como datos electrónicos. Aunque puede utilizarse como el dinero normal, no tiene forma física y las transacciones pueden enviarse desde cualquier lugar y recibirse en cualquier lugar del mundo. La distinción clave entre las monedas digitales y las criptodivisas más conocidas, como el Bitcoin, radica en su uso de la tecnología blockchain. Las criptodivisas utilizan blockchain para permanecer descentralizadas y anónimas, evitando la necesidad de una autoridad supervisora. Las monedas digitales también utilizan blockchain, pero funcionan con una autoridad centralizada y requieren la identificación del usuario. El DCEP cuenta con un «anonimato controlable» que se rastrea y requiere que los usuarios descarguen y se registren en una aplicación en su smartphone. Esta centralización significa que el gobierno chino tiene la capacidad de congelar y cerrar cuentas, algo que es casi imposible de conseguir con las criptodivisas más democráticas. El sistema centralizado también permite a los usuarios rectificar los errores cometidos al utilizar o transferir la moneda digital, una característica que tampoco existe en las criptodivisas.

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