Diferencia criptomoneda smart contract

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Tipos de contratos inteligentes

Los contratos inteligentes fueron propuestos por primera vez a principios de la década de 1990 por Nick Szabo, quien acuñó el término, utilizándolo para referirse a «un conjunto de promesas, especificadas en forma digital, incluyendo los protocolos dentro de los cuales las partes se desempeñan en estas promesas»[11][12] En 1998, el término fue utilizado para describir los objetos en la capa de servicio de gestión de derechos del sistema The Stanford Infobus, que era una parte del Proyecto de la Biblioteca Digital de Stanford[1].
Desde el lanzamiento en 2015 de la cadena de bloques de Ethereum,[16] el término «contrato inteligente» se ha aplicado más específicamente a la noción de computación de propósito general que tiene lugar en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE.UU. describe un «contrato inteligente» como una «colección de código y datos (a veces denominados funciones y estado) que se despliega utilizando transacciones firmadas criptográficamente en la red blockchain»[17] En esta interpretación, utilizada por ejemplo por la Fundación Ethereum[6] o IBM,[18] un contrato inteligente no está necesariamente relacionado con el concepto clásico de contrato, sino que puede ser cualquier tipo de programa informático. Un contrato inteligente también puede considerarse como un procedimiento almacenado seguro, ya que su ejecución y efectos codificados, como la transferencia de algún valor entre las partes, se cumplen estrictamente y no pueden manipularse, después de que una transacción con detalles específicos del contrato se almacene en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. Esto se debe a que la ejecución real de los contratos es controlada y auditada por la plataforma, no por ningún programa arbitrario del lado del servidor que se conecte a la plataforma[19][20].

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Los contratos inteligentes fueron propuestos por primera vez a principios de la década de 1990 por Nick Szabo, quien acuñó el término, utilizándolo para referirse a «un conjunto de promesas, especificadas en forma digital, incluyendo los protocolos dentro de los cuales las partes se desempeñan en estas promesas»[11][12] En 1998, el término fue utilizado para describir los objetos en la capa de servicio de gestión de derechos del sistema The Stanford Infobus, que formaba parte del Proyecto de la Biblioteca Digital de Stanford[1].
Desde el lanzamiento en 2015 de la cadena de bloques de Ethereum,[16] el término «contrato inteligente» se ha aplicado más específicamente a la noción de computación de propósito general que tiene lugar en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE.UU. describe un «contrato inteligente» como una «colección de código y datos (a veces denominados funciones y estado) que se despliega utilizando transacciones firmadas criptográficamente en la red blockchain»[17] En esta interpretación, utilizada por ejemplo por la Fundación Ethereum[6] o IBM,[18] un contrato inteligente no está necesariamente relacionado con el concepto clásico de contrato, sino que puede ser cualquier tipo de programa informático. Un contrato inteligente también puede considerarse como un procedimiento almacenado seguro, ya que su ejecución y efectos codificados, como la transferencia de algún valor entre las partes, se cumplen estrictamente y no pueden manipularse, después de que una transacción con detalles específicos del contrato se almacene en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. Esto se debe a que la ejecución real de los contratos es controlada y auditada por la plataforma, no por ningún programa arbitrario del lado del servidor que se conecte a la plataforma[19][20].

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Los contratos inteligentes fueron propuestos por primera vez a principios de la década de 1990 por Nick Szabo, quien acuñó el término, utilizándolo para referirse a «un conjunto de promesas, especificadas en forma digital, incluyendo los protocolos dentro de los cuales las partes se desempeñan en estas promesas»[11][12] En 1998, el término fue utilizado para describir los objetos en la capa de servicio de gestión de derechos del sistema The Stanford Infobus, que formaba parte del Proyecto de la Biblioteca Digital de Stanford[1].
Desde el lanzamiento en 2015 de la cadena de bloques de Ethereum,[16] el término «contrato inteligente» se ha aplicado más específicamente a la noción de computación de propósito general que tiene lugar en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE.UU. describe un «contrato inteligente» como una «colección de código y datos (a veces denominados funciones y estado) que se despliega utilizando transacciones firmadas criptográficamente en la red blockchain»[17] En esta interpretación, utilizada por ejemplo por la Fundación Ethereum[6] o IBM,[18] un contrato inteligente no está necesariamente relacionado con el concepto clásico de contrato, sino que puede ser cualquier tipo de programa informático. Un contrato inteligente también puede considerarse como un procedimiento almacenado seguro, ya que su ejecución y efectos codificados, como la transferencia de algún valor entre las partes, se cumplen estrictamente y no pueden manipularse, después de que una transacción con detalles específicos del contrato se almacene en una cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido. Esto se debe a que la ejecución real de los contratos es controlada y auditada por la plataforma, no por ningún programa arbitrario del lado del servidor que se conecte a la plataforma[19][20].

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Ether (ETH), la criptomoneda de la red Ethereum, es posiblemente el segundo token digital más popular después de bitcoin (BTC). De hecho, al ser la segunda criptodivisa más grande por capitalización de mercado, las comparaciones entre Ether y BTC son naturales.
El Ether y el bitcoin son similares en muchos aspectos: cada uno es una moneda digital que se negocia a través de intercambios en línea y se almacena en varios tipos de carteras de criptodivisas. Ambos tokens están descentralizados, lo que significa que no son emitidos ni regulados por un banco central u otra autoridad. Ambos hacen uso de la tecnología de libro mayor distribuido conocida como blockchain. Sin embargo, también hay muchas distinciones cruciales entre las dos criptodivisas más populares por capitalización de mercado. A continuación, analizaremos las similitudes y diferencias entre el bitcoin y el éter.

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